Hace cinco meses nos mudamos a la nueva casa. Llevábamos tiempo buscando comprar una propiedad y encontramos una que además de bonita y espaciosa, estaba dentro de nuestro presupuesto.
Generalmente siento la energía del lugar y me doy cuenta si existen entidades o espíritus habitando algún lugar. En mi nueva casa no sentí absolutamente nada.
Por mucho tiempo la casa estuvo en paz, no había ruidos nocturnos, no había voces ni murmullos. Nada.
Hasta hace unas semanas, cuando comenzamos a escuchar una especie de golpe en el cuarto de los niños. Parecía como si alguien se hubiese golpeado fuertemente cayéndose de la cama o contra la pared. No es posible culpar a los vecinos, ya que donde vivimos ahora, las casas están separadas unas de otras por pasillos de dos metros a cada lado. Además, para nuestra suerte, las dos casas hacia la derecha y las dos casas hacia la izquierda están deshabitadas.
Entonces ese ruido comenzó a ser más frecuente y sin importar si eran las 12 del día, cuando no hay nadie más en la casa más que yo, o a las tres de la mañana cuando todos estamos dormidos, se escucha un golpe fuerte proveniente del cuarto de mis hijos.
Pero eso no es todo, el tercer escalón de arriba hacia abajo, tiene una especie de vacío, defecto de construcción, que hace que cada que alguien pisa ese escalón se escucha como un pequeño golpe hueco. A veces, sin explicación, se escucha claramente el golpe al escalón, como si alguien invisible subiera o bajara las escaleras.
Hace unas noches, el bebé estaba en la sala conmigo y con mi esposo, que terminábamos de ver una película. Mi hijo mayor ya estaba dormido en su cuarto. Entonces ya a punto de irnos a dormir, escuchamos el llanto de un pequeño niño. De inmediato creí que era mi hijo, mi esposo también lo escuchó. Se oyó claramente que provenía desde la recamara de los niños. "¿El niño está llorando?" le pregunté a mi marido, el cual subió rápidamente las escaleras para asegurarse de que nuestro hijo estuviese bien.
Mi hijo estaba plácidamente dormido, sin señales de haber despertado ni mucho menos de haber llorado.
No hicimos mucho caso "quizá fue alguien afuera, quizá fueron los perros y confundimos el sonido, etc."
Más tarde esa misma noche, ya en nuestra recamara, con la luz del pasillo encendido, la puerta de mi recamara cerrada y ya en la cama, escuchamos el ruido de cuando alguien gira el pestillo de la puerta y de pronto ésta se abrió deslizándose lentamente hasta quedar totalmente abierta.
Yo estaba aún despierta, por lo que cuando escuche el ruido miré hacia la puerta y vi que no había nadie, no era mi hijo, quien seguía dormido en su cama. Por la luz del pasillo habría visto su sombra si hubiese querido jugarnos una broma y abrir la puerta para después correr, pero no había nadie. La puerta se abrió sola.
¿Será que los fantasmas nos siguen a dondequiera que vamos?

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